(17/04/2015) Los principales objetivos de dichos simulacros han sido consolidar la formación del personal que interviene en la gestión de las emergencias y verificar los procedimientos de actuación recogidos en los planes de acción de Renfe y Adif y de autoprotección de las infraestructuras y vehículos (series 599 y 121) implicados en los simulacros.

Asimismo, se han podido comprobar los protocolos de comunicaciones entre los trabajadores y centros de gestión que intervienen y evaluar los elementos de protección civil de las instalaciones ferroviarias.

También han servido para testar la coordinación con los servicios de ayuda externa -sanitarios, bomberos, policía y protección civil-, en cuanto a tiempos de respuesta, competencias y funciones en la emergencia.

 Túnel Das Maceiras

El último de los simulacros organizados por Renfe y Adif para la puesta en servicio del Eje Atlántico tuvo lugar el 26 de marzo en el túnel Das Maceiras, en las proximidades de Vigo. Se trata de un túnel bitubo, que supera los siete kilómetros de longitud.

El supuesto consistió en que un tren S121 procedente de Vigo-Urzáiz quedó detenido en el interior de uno de los tubos del túnel Das Maceiras debido a un fallo del suministro eléctrico, sin poder reanudar la marcha. El ejercicio para el personal que iba a bordo del tren fue conducir a los viajeros -incluida una persona con movilidad reducida- a una zona segura a través de la galería más cercana. Allí se realizó un recuento de clientes y se estableció el pertinente plan de transporte alternativo.

Túnel de Quinteiro

Con cerca de dos kilómetros de longitud, el túnel de Quinteiro se encuentra cercano al municipio pontevedrés de Villagarcía de Arosa. En él se simuló que un tren de media distancia de la serie 599 se quedó detenido en su interior, a unos cien metros de una galería de evacuación. La misión del personal fue conducir a los viajeros a dicha galería para salir al exterior.

Túnel de Pocomaco

Ubicado en la provincia de La Coruña, en él se desarrolló el primero de los tres simulacros. El supuesto consistió en que un tren de media distancia de Renfe arrolló en el interior del túnel, de unos dos kilómetros de longitud, un obstáculo como consecuencia de un desprendimiento. Se simuló que varios viajeros sufrieron diversos traumatismos y hubo que evacuarlos con la colaboración de los servicios de ayuda externa.